Miguel Fernández de Castro desarrolla su labor artística en el ámbito de la frontera y los límites. Su obra aborda la topografía, el territorio y las dinámicas sociales entre el medio ambiente, las rutas de contrabando y trasiego y los conflictos como el despojo, la violencia y la subalternidad. Su metodología parte de la investigación documental y de campo para generar fotografías, instalaciones, esculturas, videos y textos teóricos.
Sus reflexiones abarcan diversos aspectos en torno al territorio, no solo la geografía y las prácticas sociales, sino también momentos históricos y personajes clave para la cultura. Durante su residencia en 2016 en PAOS Guadalajara, un espacio que promueve el arte contemporáneo en el Museo Taller José Clemente Orozco, realizó una investigación en torno a la figura de José Vasconcelos y las memorias de su paso por el desierto de Sonora. A partir de dichas descripciones y reflexiones, creó el proyecto titulado “Llanuras elementales. Vasconcelos en Sásabe”, un breve tratado sobre los conflictos por los límites territoriales, el uso del agua y la violencia.
El resultado de esta exploración es “un libro sobre el desplazamiento en las llanuras” donde crea esquemas de caminos falsos y explora el territorio actual con fotografías de su autoría. Recrea así la práctica de los antiguos funcionarios aduanales o “cuidadores de límites” del gobierno, que durante el siglo XIX recorrían esas zonas como única presencia andariega del Estado.
De igual manera, retoma el concepto de “brecha”, dándole un nuevo significado que va más allá de los caminos de terracería, relacionándolo no solo con el trasiego de mercancías sino también con la edificación de asentamientos, muchas veces fugaces, y la generación de límites fronterizos tanto políticos como conceptuales. Estas brechas recorren temas que siguen siendo vigentes hoy, casi un siglo y medio después de que Vasconcelos los señalara: la violencia, la lucha por el agua, la tensa relación fronteriza con Estados Unidos, la identidad y la representación de la subalternidad, en este caso, las comunidades indígenas que eran (y siguen siendo) combatidas por el poder político.
Su actividad más reciente fue una exhibición junto a la antropóloga Natalia Mendoza (Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2020) en el Storefront for Art and Architecture, en Nueva York, titulada The Absolute Restoration of All Things. La pieza central de esta exposición se encuentra en la mina abandonada de La Herradura, en el desierto de Sonora. Ahí, en el inmenso foso producto de la extracción minera, Fernández de Castro construyó un cubo de piedra.
La exposición incluye material filmográfico, un mural fotográfico y objetos llevados desde la mina La Herradura, como el encofrado empleado para la creación de la escultura cúbica de tierra, conectando así la galería con el lugar de los hechos. En palabras del artista, este anti-monumento representa la farsa legal, pues, aunque las autoridades han sancionado a la compañía, obligándola a regresar todo lo extraído, esto jamás sucederá.
Esta zona gris conceptual generada por las representaciones es característica de la obra de Miguel Fernández de Castro, interesado por lo mutable tanto en el paisaje de los territorios como en las dinámicas sociales.
